La Ruda y su “no sé qué”.
Desde tiempos inmemorables, la ruda siempre ha sido una planta mística por todas sus asociaciones pagánicas, chamánicas impregnada de folk. Pero además de lo sobrenatural y religioso, aparece la medicina natural para tratamiento de algunas enfermedades.
Tanto la Ruta chalepensis como la Ruta graveolens son introducidas desde el Mediterráneo europeo durante la colonización española y rápidamente aceptada por los originarios. Nosotros las conocemos como “ruda hembra” y “ruda macho”, respectivamente. La ruda hembra tiene una mayor floración y en sus hojas compuestas los lóbulos son más pequeños y de tonalidad más grisásea, mientras que la ruda macho es la de mayor porte, con aroma más intenso y sus hojas son claramente de lóbulos más grandes y su color verde más verde olivo.
Pero a pesar de esas diferencias, ambas comparten lo mismo: la esencia es incolora o ligeramente amarillenta, de olor intenso característico. Sus aceites esenciales son ricos en ácidos (anísico, caprílico y salicílico, que le dan su poder analgésico), terpenos, alcaloides, taninos y rutina. Los principios activos se encuentran en sus hojas, flores, frutos y tallos tiernos.
Por motivo de adaptación, la ruda más común entre nosotros es la que mal llamamos “ruda hembra”. Y digo “mal llamamos” porque en realidad ambas son hermafroditas y simplemente se trata de dos variedades distintas de la misma especie. Pero saber cuál es cuál, o cuál se usa para tal cosa suele ser conversación de discordia entre aficionados. Y el factor más común suele estar cuando debemos preparar la famosa “caña con ruda” para tomar cada 1° de agosto. Más allá de algunas diferencias vegetativas y bioquímicas, la ruda macho tiene un aroma más intenso y, por eso, popularmente se cree que tiene propiedades más concentradas y eso la hace la elegida a la hora de preparar este elixir para alejar los males.
Si bien desde Hipócrates hay registro de sus usos, aquí, la popularidad de sus propiedades coincide con la actividad jesuítica sobre los guaraníes extendiéndose del NEA a todo el NOA argentino, pero diferenciándose la impronta entre la influencia del pueblo guaraní y quichua. Tal vez por eso el espíritu de la ruda siempre ronde lo esotérico. Aún así, eran evidentes muchos de sus efectos en los tratamientos y fue motivo de estudio por parte de la ciencia.
Entonces hay un aval empírico sobre su eficacia como medicina natural sobre enfermedades tangibles como heridas o de otras etiologías identificables y factibles de ser tratadas con este remedio, y siempre con un profesional entendido del tema.
Paralelamente, la medicina sobrenatural impregnada de esoterismo es tratada por curanderos, sacerdotes religiosos o hechiceros y trata maleficios no sólo con el remedio de la planta sino asociada a alguna otra planta o elemento, según la situación lo requiera y, además, las oraciones y plegarias no pueden faltar para tratar a las personas con “enfermedades artificiales o puestas”.
Celosa y sobreprotectora.
Siempre fue una de las plantas elegidas para colocar a las entradas de los hogares ya que le adjudican esa cualidad protectora de las malas energías de los visitantes; sensible a las “ojeaduras” o “mal de ojo”. Cuando la planta se secó, se dice que absorbió las malas energías y su “trabajo” fue tan duro que se sacrifica.
Por la misma razón se dice que es celosa de su dueño: tolera su manipulación y cuidados, pero no la de otros, y puede proceder a secarse también.
Usos populares.
Y aquí nos atañe el tema de nuestro interés: de qué manera podemos aplicar los beneficios de esta planta.
Las formas de extracción de los principios activos de la ruda suelen ser infusiones, decocciones, tinturas madres y también destilación.
Para uso tópico se pueden usar las tinturas madres en alcohol etílico para frotar sobre zonas con golpes o donde haya dolor o bien mezclada con grasas. En estos casos puede ir acompañado de alcanfor, por ej.
También está la aplicación repelente, de fumigación o energética. A través del humo es una opción. Se sahúma bien concentrado los lugares, tanto casas como cualquier otro lugar que necesite ser fumigado, incluso la ropa de los enfermos. En el caso de sahumar a las personas, el humo se dirige con una mano hacia la zona afectada. Y para sahumar los hogares cada tanto como limpieza energética. En estos casos, se suelen mezclar con otras sustancias más fragantes para aplacar un poco el fuerte aroma que tiene la ruda. En el caso de usarlo en un repelente corporal, hay que ver que, por alto contenido en Vitamina C, es fotoirritante pudiendo aparecer lesiones cutáneas.
Otro uso muy común es aplicar en productos de limpieza: ruda en el agua del balde para limpiar los pisos o en alcohol/vinagre de los vidrios. Para uso personal, lo más frecuente son los jabones de uso corporal, lavamos el cuerpo tangible y también el sutil. Y por su condición venotónica favorecedora del fortalecimiento capilar, lociones o champús también.
Ya después tenemos el uso interno en forma de elíxir, tintura madre o infusiones.
La tradición del elíxir es el de la caña con ruda cada 1° de agosto, día convergente con el de la Pachamama, si bien son independiente una de la otra. Básicamente, sobrevivir a agosto luego del frío, las lluvias y las pestes es su origen. Un “tratamiento preventivo” según los guaraníes.
La tintura madre o las infusiones, las más apropiadas para la desparasitación. Además, tiene efectos digestivos, calmante de molestias menstruales y, principalmente, emenagogos. Y aquí es donde pedimos la mayor de las responsabilidades para el consumo, sobre todo en las mujeres menstruantes. Porque tan extraordinaria es la ruda que, ante hemorragias ayuda a controlarla, que si hay retraso colabora al sangrado, y en el embarazo, depende la instancia, puede ser abortiva o ser aliada en las contracciones para el momento del parto. Y como siempre decimos, la diferencia entre que sea un remedio o un veneno está en la dosis. Con esto volvemos a repetir que no porque sea natural es inocuo. Así que volvemos a caer en la insistencia de las capacitaciones.
Por último, agregar la mención del auge de su uso culinario como aromática. Si bien con ella se preparan guisados, sopas, ensaladas y encurtidos, está cada vez más presente en la cocina moderna sofisticada.
Y pese a todo lo que podamos decir de ella, es ella! La indiscutible Ruda con aún su “no sé qué”.
Autoría: Estefanía Vosilaitis.
Fuentes: google académico – dominguezia – inecol – Wikipedia – misionesonline –