QUÉ ES INCI?
INCI son las siglas de International Nomenclature Cosmetic Ingredient; para nosotros, Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos y corresponde a un sistema regulatorio de nombres para ceras, aceites, pigmentos, químicos y otros ingredientes basados en nombres científicos y otras lenguas como el inglés o el latín, respetando el nombre universal. Siendo “Internacional” la palabra más relevante de las siglas es que, en reglas generales, se utiliza el inglés como idioma común para la mayoría de los ingredientes, dejando el latín para nombrar a las plantas, si las contuviera. Con este sistema se busca un lenguaje común para unificar criterios como recurso regulatorio mundial, más allá de que cada país suele tener sus propias reglas controladas por sus entidades reguladoras. Al día de la fecha, en Argentina, nuestro ente regulador lo es ANMAT, Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica.
DÓNDE Y CÓMO LOS DETERMINAN?
Los INCI´s son desarrollados por el Comité Internacional de Nomenclatura (INC) y publicados por el Consejo de Productos de Cuidado Personal (PCPC) en el Diccionario y Manual Internacional de Ingredientes Cosméticos, disponible electrónicamente como wINCI, también existe la INCIpedia. Ambas digitalmente disponibles creando un registro con usuario y contraseña.
El PCPC es la principal asociación comercial nacional que representa a 600 empresas mundiales de cosméticos y productos para el cuidado personal. Es también quien supervisa el programa INCI como parte de su misión de respaldar la identificación de la composición de los productos para el cuidado personal y la publicación de esta información en un diccionario científico mundial. PCPC se compromete a garantizar que el Diccionario proporcione a la comunidad mundial una nomenclatura precisa, transparente y armonizada.
Entiéndase que, el hecho de que un ingrediente tenga un nombre INCI no significa que el ingrediente haya sido aprobado para cosméticos, tanto menos para cosmética natural.
También existe el CosIng que es una base de datos de la Comisión Europea, para información sobre sustancias e ingredientes cosméticos. Los números CAS, ELINCS o EINECS se pueden buscar en CosIng. Hay que tener en cuenta que la base de datos CosIng tiene un propósito informativo y no tiene valor legal. CosIng también puede enumerar ingredientes que se sabe que se usan en medicamentos. Si, debido a tales ingredientes, un producto restablece, corrige o modifica funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o metabólica, el producto será calificado como medicamento. Sin embargo, pueden calificarse como productos cosméticos aquellos productos que, teniendo un efecto sobre el cuerpo humano, no afecten significativamente el metabolismo y, por lo tanto, no modifiquen estrictamente su funcionamiento. La calificación de un producto debe ser decidida por las autoridades nacionales competentes, bajo la supervisión de los tribunales, caso por caso, teniendo en cuenta todas las características del producto. Además, el uso de cualquier ingrediente en productos cosméticos debe estar respaldado por una evaluación de seguridad del producto.
Este último. es de acceso libre, es decir que no requiere de registro.
CÓMO SE LEE?
Aprender a leer los ingredientes no es menos difícil que aprender a escribirlos. Nos requiere de una mínima información, para poder entender un básico y saber qué busco: si hay algo que quiero evitar, o si, por el contrario, saber qué tan real es la estrategia de venta de un ingrediente estrella. Pero que no cunda el pánico que, si falta práctica en esto, hoy contamos con la tecnología y las apps que nos aportan esos datos básicos de las características de esos ingredientes con tan sólo sacar una foto o cargarle el nombre. De entre tantas, vamos a recomendar “Ingred” que también sirve hasta para escanear etiquetas alimenticias y la “INCI Beauty” (versión PC y descargable para Apple) y también, otras como “Ewg” y “Dirty think” que están en inglés, pero la versión PC permite traducir al español.
Ahora, en el contra frente de los envases suele ubicarse la etiqueta, en donde esta lista debe aparecer precedida por la palabra “ingredientes” o “INCI”. Dependiendo de los tamaños de los envases, esta información puede estar en la caja o en prospectos, debajo de solapas de envoltorios, etc. Más o menos visible, pero de lo que sí debemos estar seguros es que es obligación enumerarlos en alguna parte. Ante la ausencia de los mismos, sería mejor no comprar el producto.
El orden de los ingredientes es en forma decreciente, apareciendo en primer lugar el que cuenta con mayor porcentaje en la fórmula y así sucesivamente hasta los de menor presencia. Ahora, por debajo del 1%, la empresa puede no respetar ese orden, por lo que, el último ingrediente no necesariamente es el de menor incidencia. Y, si bien seguir este orden es obligatorio, no lo es declarar la cantidad de porcentaje de cada ingrediente ya que es un recurso legal que se le da a la empresa para proteger su fórmula.
CÓMO PODRÍA APRENDER TODOS LOS INGREDIENTES?
Para no decir que sería imposible, vamos a decir que sería casi inhumano saberse todos y cada uno, pero… otra ayuda que aplacaría cualquier sensación de agobio ante tanta cantidad de ingredientes es que, cada ingrediente, al tener una nomenclatura estandarizada se los puede asociar por sufijos o grupos, por ej.: todos los ácidos hialurónicos se van a llamar sodyum hialuronate; y los sufijos van a agrupar sustancias según su composición, por ej.: los que terminen en PEG (le puede seguir un número) nos harán referencia al polientilenglicol, sustancia obtenida por etoxilación, algo que queremos evitar en la cosmética natural.
BENEFICIOS
- Brindar a la comunidad mundial una nomenclatura precisa, transparente y armonizada.
- Ayuda a los profesionales a identificar a los agentes responsables por las reacciones adversas.
- Garantiza a los científicos que las publicaciones científicas y técnicas no tengan lugar a confusión, identificación errónea o pérdida de información esencial.
- Permite a la industria cosmética hacer un seguimiento.
- Y a cualquier consumidor le permite reconocer los ingredientes desde cualquier país o idioma, sobre todo si hay necesidad de evitar ingredientes específicos.
QUÉ DATOS NO PUEDE OFRECER?
- No puede ofrecer información sobre la calidad de una materia prima ni, sus características. Siguiendo con el ejemplo del ácido hialurónico, decir que lo contiene no especifica si es de bajo/alto peso molecular ni si es de primerísima/pésima calidad.
- De qué origen/proceso es. No refleja si el ácido hialurónico es de origen biotecnológico o animal, si usa tecnología verde y si la fuente es sustentable o no. En todo caso, quedará en total voluntad de la empresa informarlo o usarlo como filosofía distintiva a través de alguna certificación como pudiera ser la de producto orgánico, vegano, ecológico, etc.
- La concentración en los blends. Arma de doble filo si las hay. Como no están obligados a declarar las concentraciones, pueden aparecer en un rango alto por la concentración total, pero la presencia de ese producto puede ser insignificante respecto a la fórmula final. Podría ser en el caso de la vitamina E que también se usa como antioxidante en muy bajas proporciones, las cuales sirven para este fin, pero no como activo cosmético. Y, sin embargo, en el frente del producto podría figurar la leyenda “Con Vitamina E”.
Ya viste que aprender a leer un INCI es complejo, pero con la práctica, herramientas y la correcta información, se puede. Ahora, tus ojos son otros y ya nada se ve igual. Te convertirás en la loca en el supermercado que se para 3 horas en una góndola leyendo los ingredientes para intentar elegir un producto que, al final, no vas a llevar.
- Fuentes: Asociación Argentina de microbiología – Wikipedia – Matarrania.com – ec.europa.eu – https://www.instagram.com/tv/Cj9CnILJiBl/?utm_source=ig_web_copy_link
- Autora: Estefanía Vosilaitis.
- Observaciones: Valeria Somorrostro, Claudia Fernández.