Se han encontrado las primeras evidencias del uso de cosmética natural en tiempos prehistóricos, como revelan las pinturas rupestres. En Noruega existe una escultura que representa a una mujer cubierta de grasa de reno. Los siguientes ejemplares aparecieron en diversas civilizaciones antiguas como los hititas y los sumerios (4000-3500 a.C.), y gracias a sus escritos en tablillas de piedra, sabemos mucho sobre cómo elaborar ungüentos y perfumes. “En el antiguo Egipto, los cosméticos naturales de Grecia y Roma tuvieron un gran reconocimiento en cuanto al cuidado de la piel y la belleza del cuerpo”.
Los primeros descubrimientos arqueológicos relacionados con la cosmética natural proceden de Egipto. Utilizaban hierbas aromáticas, resinas, lociones, peinetas de marfil, sombras de ojos, polvos, etc. Especialmente en la corte del faraón, éste dejó un gran legado, que se encuentra en las pinturas y papiros que acompañaron sus tumbas y momias. Los aceites utilizados actualmente incluyen aceite de sésamo, aceite de ricino, aceite de balanos, aceite de cártamo, aceite de moringa, aceite de oliva, aceite de coco, etc. La almendra dulce fue descubierta en la tumba de Tutankamón. Se le considera una de las primeras personas en utilizar perfumes con fines personales distintos de los religiosos. El baño de leche de burra de Cleopatra es mundialmente famoso. “La cosmética natural permitirá la unión de los humanos y los dioses, sería un vínculo con otra vida”.
Grecia es el país que más ha contribuido a la difusión de la cosmética natural en Europa y es el origen de la palabra cosmética, que proviene de la palabra “kosmetikos”, que significa productos aptos para la higiene, el cuidado, especialmente de la belleza del cuerpo, es decir, un producto adecuado para mantener la piel limpia. La prioridad en aquella época era eliminar toda la grasa corporal mediante gimnasia, baños y masajes.
En Roma estaban obsesionados con los cuidados y la cosmética natural. Las aguas termales eran utilizadas tanto por hombres como por mujeres, y todos los ciudadanos podían utilizarlas independientemente de su estatus social. Los romanos utilizaban aceites esenciales para medicina, masajes, perfumería y rituales. Heredaron la cultura del autocuidado de Egipto y Grecia. Los soldados romanos eran conocidos por usar mirra en la batalla para curar heridas. Se encuentran varios valores de medición, como suavizar la piel usando la fórmula basada en extractos de limón, rosa y jazmín. Para piel seca y arrugas con cera de abejas, aceite de oliva y agua de rosas. Los dientes se blanquean con polvo de piedra de cobre. Así surgieron los “cosmetoria”, esclavos a cargo de todos los artículos de baño y “pájaros”, que se especializaban en belleza. La Edad Media marcó el comienzo en lo que respecta a la cosmética natural, ya que la pobreza, la guerra, las epidemias y la Iglesia prohibieron los productos que hacían atractivas o deseables a las mujeres, la vanidad y el culto al cuerpo se consideraban pecados.
Las cosas cambiaron con las Cruzadas occidentales (siglos XI al XIII), cuando los cosméticos europeos fueron sustituidos por cosméticos naturales de otras culturas y los vendedores ambulantes que viajaban de castillo en castillo transmitieron los secretos de la cosmética natural, formulados con aceite perfumado, hierbas medicinales y artículos de tocador. En el Renacimiento se volvieron a adoptar los valores griegos y romanos y la cosmética natural volvió a ser valorada en la sociedad, pero se descuidó la higiene personal. Falta de higiene = infección grave. Los hombres se maquillaban tanto como las mujeres, y la extravagancia y la exageración grotescas se pusieron de moda y no desaparecieron hasta la Revolución Francesa (1789). Para que esto recuperara su importancia, tuvo que llegar Napoleón al poder y hubo que instalar correctamente los sanitarios y baños.
Después de 1800, se introdujeron muchas innovaciones cosméticas, muchas de las cuales siguen siendo relevantes hoy en día, como el Eau de Impérial de Pierre Guerlain, los primeros lápices de colores, el primer colorete en polvo, el agua oxigenada para decolorar el cabello, y el primer lápiz labial, jabón.
Ya en el siglo XX apareció una cascada imparable: la mejora y enriquecimiento de la cosmética natural, los avances en la investigación de los aceites esenciales, la introducción del concepto de pH, la ampliación de composiciones y formulaciones, la aparición de grandes empresas, la aparición de todo tipo de productos. Lo hicieron nuevos productos, emulsiones altamente estables, labiales de infinidad de colores, polvos de micro partículas, esmaltes de uñas, aceites protectores solares, mica, colágeno, ácido hialurónico y más. Aparecieron los primeros tratados de química, sustituyendo la alquimia por la destilación y la calidad de las esencias.
La cosmética se ha ido alejando poco a poco de los ingredientes naturales en favor de ingredientes basados en investigaciones científicas, pero en el siglo XXI el contacto entre el hombre y la naturaleza ha aumentado. El desarrollo de productos que no dañan el medio ambiente y no causan sufrimiento a los animales resulta en una innovación continua con materias primas respetuosas con el medio ambiente e ingredientes activos únicos.
- Por Patricia Mina
- Fuente: Bäume