Imaginemos una crema facial de textura liviana, elaborada con ingredientes de inspiración ayurvédica y botánica vibracional. En su composición destacan: Extracto de chebula, reconocido por su acción antioxidante, reparadora y antiinflamatoria. Aceite de sésamo, ideal para nutrir pieles secas o desequilibradas. Esencias florales, que aportan un componente emocional al tratamiento, favoreciendo la relajación, la autoestima y el equilibrio emocional. Extractos botánicos como caléndula y hamamelis, que aportan suavidad, alivio y frescura inmediata. Una crema así no se limita a “hidratar”: devuelve a la piel su capacidad de autorregularse, respetando sus ritmos y sus emociones.
Ayurveda: tendencia que respira vida
Imaginemos una crema facial de textura liviana, elaborada con ingredientes de inspiración ayurvédica y botánica vibracional. En su composición destacan: Extracto de chebula, reconocido por su acción antioxidante, reparadora y antiinflamatoria. Aceite de sésamo, ideal para nutrir pieles secas o desequilibradas. Esencias florales, que aportan un componente emocional al tratamiento, favoreciendo la relajación, la autoestima y el equilibrio emocional. Extractos botánicos como caléndula y hamamelis, que aportan suavidad, alivio y frescura inmediata. Una crema así no se limita a “hidratar”: devuelve a la piel su capacidad de autorregularse, respetando sus ritmos y sus emociones.

